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JORNADA DE DONACIÓN VOLUNTARIA DE SANGRE

         Entendemos, principalmente a partir de lo vivido en contexto de pandemia, que la construcción y consolidación de la cultura del cuidado no es únicamente una tarea que corresponde a especialistas y profesionales. Si bien el saber de los expertos/as es valioso para diseñar acciones y estrategias que nos permiten moldear la cultura de las instituciones de las que somos parte, no alcanza solo con eso.

         En la tarea para fortalecer la cultura institucional del cuidado, es necesario, concebir una responsabilidad común y compartida por todos los miembros de una comunidad y llevar a cabo la conformación de un equipo, donde el trabajo articulado lleve adelante acciones de cuidado e intervenciones productivas. En este sentido, se torna fundamental tejer redes por dentro de las comunidades y/o instituciones, pero también por fuera de las instituciones. Es imprescindible, la búsqueda de aliados/as reconocidos/as por la comunidad que aporten sus conocimientos, sus puntos de vista, sus experiencias y finalmente conformar con ellos/as una red de trabajo corresponsable.

 

La situación hoy y ¿por qué en las escuelas?

         La donación de sangre se asocia generalmente a los pedidos realizados por los medios de comunicación o cuando un/a familiar está internado/a y le solicitan donantes ante la proximidad de una transfusión. El modelo vigente de donación de reposición, no constituye el mejor sistema de abastecimiento por varios motivos. Los/as donantes que responden a estos llamados están bajo algún tipo de presión, -afectiva, social, moral, u otra- lo que está expresamente desaconsejado por los organismos internacionales. El estudio y la preparación de la sangre donada demanda un tiempo de preparación para ser transfundida, y por lo tanto es necesario contar con una suficiente cantidad de Unidades de Sangre listas para transfundir en todo momento, así se evitan urgencias. El tema de la donación de sangre no está presente entre las cuestiones cotidianas de las personas sanas, las únicas en condiciones de donar y es este cambio el que debemos impulsar: Donar sangre sin esperar que nadie lo pida.

         La profunda transformación del modelo de donación vigente requiere del compromiso y la participación de todos/as y solo podrá lograrse cuando la información disipe los temores y prejuicios que se plantean hoy a la sombra del desconocimiento. Son los/as jóvenes y los/as niños/as, quienes pueden generar esta transformación conceptual que tanto necesita nuestra sociedad, llegando por su intermedio también a los/as adultos/as. Más allá, de la pertinencia de estos contenidos en las áreas curriculares de Ciencias Naturales, referidas a la Salud, es necesario considerar que los mismos posibilitan concretamente el ejercicio de la solidaridad, por ello resulta pertinente y contributivo para el desarrollo de los contenidos transversales ético-sociales.

 

Todos tenemos algo para aportar en la construcción de este nuevo modelo de donación de sangre. Es cuestión de abrirnos a esta propuesta y participar colectivamente. Nuestro compromiso bien puede ser el inicio de la transformación que buscamos.